jueves, 9 de febrero de 2012

La Vista

Otro día estaba pasando, y como la mayoría de ellos, estaba lleno de desesperación y un poco de soledad. Solo lo acompañaba su caja de cigarros y su encendedor, mas las ganas de desahogarse con un grito. Así que decide poner en marcha sus pies e irse hacia un lugar tranquilo y paradojicamente, solitario. Luego de miles de pasos dados, encuentra un sitio para su satisfacción; entra a ese lugar un tanto oscuro y lleno de bosque, al adentrarse se encuentra con un panorama totalmente espléndido que lo induce a sentarse en un pequeño cerro y disfrutar la vista, se sienta de tal manera que sus pies quedan en el aire. Limitado a captar la imagen llena de pequeñas lucesillas estáticas, y otras en movimiento; capta el alma mater de ellas, un circulo blanco gigantesco atrae su atracción su visión, conllevandolo a poner su espalda en el suelo, sacar sus audífonos y darle play a la música. Sin mas preambulos, cierra los ojos y empieza a sentir como la brisa fría golpea su cuerpo. Cantando a todo pulmón y tratando de imitar las voces desgarrantes de sus cantantes, descarga todos esos sentimientos y sensaciones que lo consumen. Sintiéndose en paz finalmente decide secar sus ojos un tanto húmedos, cargados por lágrimas llenas de ira y ... ¡Hijueputa! Exclama angustiado, mira su reloj y cae en cuenta que se había quedado dormido por mas de una hora. Con su cuerpo helado, se pone en pie, prende su cigarro y deja atrás el espacio que le brindó la paz y la tranquilidad que siempre había buscado. 

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